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TEORIAS DEL DESARROLLO DE JEAN PIAGET

lunes, 24 de mayo de 2010.

El conocimiento, aquello que permite una adaptación al sujeto con su medio, o con los problemas que plantea la vida puede ser social, físico y cognitivo.

Estos conocimientos a su vez se construyen con el aporte y combinación de cuatro factores: maduración, transmisión sexual, experiencia con objetos y equilibración.

La maduración produce el crecimiento y desarrollo orgánico, lo que permite que el sujeto, bajo condiciones de aprendizaje alcance mayores logros; sentarse, gatear, ponerse de pie y caminar, son conductas que exigen maduración biológica. La experiencia física, igualmente, se refiere a la relación con los objetos del entorno (juguetes, sonajas, biberón, etc.).

La equilibración, se refiere al paso de un estadio inferior a otro superior como consecuencia de los estados anteriores. A medida que el niño se desarrolla va logrando un nivel de equilibrio superior, advirtiéndose que la equilibración necesita de la abstracción, sea ésta simple o reflexiva.
el desarrollo de la inteligencia pasa por cuatro estadios que nosotros bien podríamos llamarlos, etapas o periodos que se suceden en un orden de nivel de equilibración superior de uno con respecto al anterior.

Tengamos en cuenta antes de destacar los cuatro estadios algunas consideraciones generales que encontramos en su obra Psicología de la Inteligencia: En primer lugar, Piaget plantea que toda explicación psicológica termina tarde o temprano por apoyarse en la biología o en la lógica. El desarrollo psíquico es una construcción continua que se inicia en el momento de nacer y concluye en la edad adulta, caracterizándose por una marcha continua hacia el equilibrio.

La acción es la característica más importante de la inteligencia, la cual es la forma de equilibrio hacia la cual tienden todas las estructuras. La percepción, la memoria, el pensar, el lenguaje; se apoyan en la inteligencia; constituyéndose en la adaptación mental más avanzada, una forma superior de organización de las estructuras cognoscitivas (conocimiento) y cuyo desarrollo necesita de la continua estimulación del medio ambiente. Por consiguiente, tiene un sustento biológico y las características del funcionamiento intelectual se basan en un proceso de adaptación, el cual depende, asimismo, de dos funciones que permiten esta adaptación: la asimilación y la acomodación.

Resumiendo, podríamos señalar que, el desarrollo de la inteligencia está en función de las siguientes variables: acción, equilibrio, adaptación, asimilación, acomodación, construcción y presencia de subestadios.

El periodo sensoriomotriz (0 a dos años) se divide en seis subestadios. El primero, se caracteriza por la presencia de reflejos y acciones espontáneas que resultan de los estímulos del medio o por las necesidades internas que experimenta el infante.

El segundo, se caracteriza por la presencia de los primeros hábitos repetitivos, que favorecen a su vez la formación de las nociones de espacio y tiempo. En el tercer subestadio continúan los movimientos satisfactorios pero tienen un nuevo ingrediente, la intencionalidad. En el cuarto estadio aparece a la casualidad que le permite diferenciar entre medios y objetivos (esfuerzo para conseguir algo). El quinto subestadio se caracteriza porque el infante muestra una mayor curiosidad por los objetos que le rodean, así mismo una mayor comprensión en lo que realiza. En el último subestadio aparece el pensamiento representacional y constituye el límite entre la inteligencia sensomotor y el pensamiento preoperacional.

El periodo preoperacional empieza aproximadamente a los dos años y dura hasta los siete años. Abarca dos subestadios; el primero, llamado de Pensamiento Simbólico (2 – 4 años), se caracteriza porque el infante hace que un objeto o sonido sirva como representación de otra cosa, por ejemplo, coger un vaso y cantar haciendo de cuenta que el vaso es un micrófono.

El segundo subestadio corresponde al de Pensamiento Intuitivo (4 – 7 años), en donde el niño no actúa por la razón sino por la intuición, por la percepción instantánea y clara, pero aún pre lógica. Al niño le interesa la idea general, le interesa el todo, se inclina por lo global, esto llama Piaget "sincretismo", que significa reunión o fusión de diversos elementos.

El periodo de las operaciones concretas (7 a 12 años) se destaca por el hecho que aparece la inteligencia operacional gracias a la reversibilidad (invertir las propias acciones a fin de conocer el estado inicial). El niño internaliza los objetos que percibe o que ha percibido en el mundo real o concreto; los clasifica, es decir, los agrupa en una clase y los ordena relacionándolos en serie, como por ejemplo, es una suma, la cual puede anularse con la resta.

En este periodo su pensamiento es interno ya que los agrupamientos se llevan a cabo en su mente; su pensamiento es concreto ya que manipula los objetos del mundo real; su pensamiento es descentralizado porque el niño puede concentrarse en estos dos aspectos y es capaz de coordinar con ellos; por último, el niño de este periodo se da cuenta que aunque cambie la forma se conserva la cantidad (recipientes de diferentes formas con igual cantidad de líquidos) y por último, su razonamiento es inductivo.

En el periodo de las operaciones formales (12 años en adelante), el tipo de pensamiento se caracteriza por ser hipotético – deductivo, abstracto y formal. El sujeto de este periodo utiliza la verificación pues necesita demostrar y proporcionar pruebas de lo que dice; tiene en cuenta el sistema combinatorio ya que puede considerar todas las combinaciones posibles del objeto; así mismo puede aislar y controlar variables sobre la base de que todas las demás permanecen constantes; igualmente vincula relaciones mediante una combinación proporcional.

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